Ignacio Bruzzone - Reglamento
Vigilar la cultura: un análisis del discurso de la censura social y cultural en la Argentina durante la segunda mitad del siglo XX
Instituto del Desarrollo Humano, UNGS
Paulina Bettendorff y Nicolás Chiavarino nos presentan en Discurso y control social en Argentina. Literatura, teatro, cine un recorrido por la construcción discursiva de las prácticas de censura, control y vigilancia a diferentes grupos y objetos culturales (obras de literatura, grupos de teatro, grupos literarios, cineclubes) llevadas adelante por los agentes de la DIPPBA (Delegación de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires), a lo largo de las décadas de 1960 y 1970 y durante el periodo que comprendió a la última dictadura militar.
El trabajo es fruto de las tesis de los autores para la Maestría en Análisis del Discurso de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, como así también de dos proyectos de investigación, todos ellos bajo la dirección de María Alejandra Vitale, quien también estuvo a cargo del prólogo que enmarca la obra. El libro está dividido en una introducción, cuatro capítulos que conforman el cuerpo del trabajo y un epílogo.
La introducción aborda las características particulares del repositorio documental con el cual trabajaron los autores: el archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en la actualidad gestionado por la Comisión Provincial por la Memoria. Además, trata las particularidades y los cambios de sentido que el traspaso de manos implicó para el cuerpo documental analizado. Asimismo, en este apartado los autores se ocupan de desarrollar varios de los presupuestos teóricos y metodológicos que cimentaron gran parte del análisis de la obra. Estos presupuestos tienen relación con la categoría de censura en el campo cultural, la argumentación en el análisis del discurso, la construcción del otro en las prácticas de control cultural y las características del discurso burocrático-administrativo presente en los escritos producidos por la inteligencia policial.
En el primer capítulo, a cargo de Nicolás Chiavarino, se emprende una reconstrucción y un análisis de la figura del censor literario durante los años de la dictadura a partir de su discurso en los documentos administrativos-burocráticos de circulación interna de la DIPPBA. La riqueza de este abordaje se debe a que reúne elementos del análisis del discurso, de las técnicas de argumentación y de los recursos propios de los géneros a los que los censores apelaron para llevar adelante su tarea, en parte por censura y, en parte para justificar la circulación y publicación de obras literarias. En cuanto a las publicaciones que se censuraban, la justificación generalmente se debía a elementos que permitieran inferir al censor el uso de la literatura (y de la cultura en general) como medio no manifiesto por el autor para difundir la ideología marxista. En este sentido, Chiavarino señala que: “Este tópico […] sostiene que las obras literarias poseen una finalidad vinculada con el enfrentamiento en el terreno político y que la ideología marxista es ‘inculcada’ por medio de ellas […]” y agrega: “Según este ideologema, las obras no son solo ‘instrumentos’ que sirven a algo diferente que a la literatura misma, como la política o la ‘difusión’ de ideologías, sino que también son el medio de ocultamiento de esas intenciones”.
Este uso instrumental del campo cultural como medio para la propagación de ideas contrarias a las “buenas costumbres propias de la sociedad argentina” será uno de los tópicos presentes a lo largo de todo el libro. En referencia a la literatura, este tópico tendrá características propias, como señala el autor. Así, la conformación de un ethos híbrido presente en los informes, y sobre el que se para el policía-censor, conjuga elementos propios de los discursos burocrático-administrativos, pero también de la crítica literaria (sobre todo en los informes producidos durante la última dictadura militar). Estos elementos permiten dar cuenta de la construcción del yo del censor construido como un saber profesional y objetivo que podía develar la verdad oculta en las obras literarias, así como también de cómo se prefiguraba y se identificaba la figura del enemigo dentro de la producción literaria que estos censores analizaban. La variedad de los casos que se analizan, de elementos y argumentos que los censores sostienen para dar cuenta de su evaluación de la obra literaria, en favor o no a su posibilidad de contener elementos “peligrosos” para la sociedad (elementos que den cuenta de su carácter de herramienta de cooptación cultural utilizada por el marxismo), permiten visualizar la existencia de una variedad de recursos argumentales empleados para calificar obras de procedencia geográfica dispar, así como también clásicos de la literatura y obras contemporáneas a la tarea del censor literario.
En el segundo capítulo, escrito por Paulina Bettendorf, se analiza el control cultural durante las décadas de 1960, 1970 y la última dictadura militar a partir del discurso de vigilancia y control que se elaboró sobre los grupos de teatro independientes en la provincia de Buenos Aires. Este capítulo dará cuenta de cómo se configuró a través del discurso de la DIPPBA la imagen que en la comunidad informativa, de la que formaba parte esta delegación, se tenía de los teatros independientes y de las obras teatrales. La autora también da cuenta de cómo se configuró la figura del funcionario encargado de realizar la tarea de vigilancia a los grupos teatrales independientes. Estas cuestiones son abordadas por Betterdorff a través de dos ejes de análisis: la doxa teatral, configurada a través de los informes de la DIPPBA, y el ethos híbrido del policía-espectador como funcionario encargado de realizar la tarea de vigilancia y la subsiguiente elaboración de los informes, en los cuales también se desprende una carga de genericidad propia de las reseñas críticas teatrales, de las que toman varios elementos y lugares comunes.
En el tercer capítulo, Nicolás Chiavarino se enfoca en la vigilancia, control y censura a varios grupos literarios de distintas localidades de la provincia de Buenos Aires. Las transformaciones en las prácticas socio-culturales durante las décadas de 1960 y 1970, en las cuales la literatura tuvo un papel fundamental, y la abundante legislación represiva de esos años, que daba cuenta del recrudecimiento de las tareas de vigilancia, son el marco para el análisis del accionar de los censores sobre estos grupos. La encrucijada entre estos dos procesos posiciona a las tareas de los agentes de la DIPPBA en una situación sumamente interesante para analizar la conformación y despliegue a lo largo de esos años del discurso represivo. Estos presentaron sus características propias, así como sus diferencias y continuidades en el periodo analizado. A lo largo de este capítulo, se puede distinguir la existencia de dos momentos diferentes en la configuración del ethos de los agentes de la DIPPBA encargados de realizar las tareas de vigilancia y descripción de las actividades de los grupos literarios, luego volcadas en la elaboración de los informes de circulación interna. Durante el gobierno de la autodenominada “Revolución Argentina”, lo que primó es la presencia de la duda y la incertidumbre a la hora de evaluar el desempeño de los grupos literarios analizados en el capítulo. Esta particularidad, según el autor, estaría asociada al contexto de crisis en el cual se encontraba el gobierno de facto hacia finales de la década de 1960 y comienzos de la siguiente. Por el contrario, en los informes elaborados durante la última dictadura militar, tal como lo muestra Chiavarino en el análisis del discurso de la segunda parte de la década de 1970, el proceso de profesionalización de los agentes de inteligencia da cuenta de la conformación de un ethos asociado al saber experto y con una mayor seguridad a la hora de categorizar a los grupos literarios, según su presencia o no de elementos “izquierdizantes”, “comunistas” o “marxistas”. La posibilidad de analizar en el mediano y largo plazo los informes elaborados por la misma dependencia de la policía de la provincia de Buenos Aires permite dotar a este capítulo de una riqueza de análisis particular. Esta mirada de largo de mediano y largo plazo da cuenta de cómo afectaron a los agentes de la DIPPBA en sus producciones escritas, tanto los contextos políticos como la profesionalización paulatina de los agentes encargados de la vigilancia, censura y control de las prácticas culturales durante la segunda mitad del siglo XX.
En el cuarto y último capítulo, Bettendorff se detiene en las particularidades de la vigilancia a los cineclubes y a los eventos de cine independiente durante las décadas de 1960 y 1970. Como señala la autora, el ámbito de la censura, vigilancia y control a las producciones cinematográficas y a los espacios donde estas se proyectaban implicaba una amplia red de censura, de la cual la DIPPBA era uno más de sus engranajes. En dichas prácticas de vigilancia, el principal foco no eran tanto las producciones fílmicas sino los grupos encargados de proyectar el material y el conjunto de espectadores reunidos para la función. Varias son las particularidades que se destacan en relación a cómo se estaba conformado el ethos del policía-espectador en el ámbito de la vigilancia al cine. En relación a esto último, la autora, a partir del trazado de una red dóxica da cuenta de la existencia de ciertos tópicos presentes en la vigilancia realizada por los agentes de la DIPPBA que, lejos de focalizar en los modos de ver el cine, se centran en la figura del espectador de las películas. De esta forma, revela Bettendorff, buscan centrar su análisis en los elementos que acompañan la proyección del material fílmico: la existencia o ausencia de un debate posterior de la película, las pausas para explicar secciones del film, entre otros.
Por último, la obra finaliza con un epílogo que da cuenta de varios de los tópicos, diferencias y continuidades que recorren los informes y legajos de vigilancia y control efectuados por los agentes de la DIPPBA durante el periodo analizado. Entre estos tópicos, se pueden destacar algunos de gran relevancia para el análisis que los autores efectúan a lo largo de los capítulos de diferentes prácticas de vigilancia, censura y control al campo cultural, y de los discursos que los agentes producen a partir de estas. En primer lugar, la idea de la utilización de la cultura como medio de infiltración llevado adelante por lo que consideraban elementos del comunismo, izquierda o el marxismo; todos estos calificativos que, según señalan los autores, funcionaban con frecuencia como categorías intercambiables entre sí. Junto a esta idea presente a lo largo de todo el libro, también aparece la construcción (y la autopercepción) del censor como el único capaz de sortear las verdaderas intenciones urdidas por los interesados en propagar las ideas contrarias a “la tradición democrático-occidental-cristiana propia de la Argentina”. En segundo lugar, la pertenencia a una comunidad informativa, como así también discursiva por parte de los agentes de la DIPPBA. Esta pertenencia a una comunidad discursiva común permitiría hablar de una estabilización en el discurso presente en los informes, cuestión que se puede ver en la pertenencia genérica al discurso burocrático-administrativo. Sin embargo, como lo demuestran los autores en los análisis hechos a lo largo de los capítulos para cada uno de los ámbitos y objetos culturales analizados, la presencia de “fronteras genéricas” en los informes desestabiliza el ethos monolítico del discurso burocrático-administrativo, lo que da lugar a cruces particulares para cada caso analizado.
Discurso y control cultural en la Argentina. Literatura, teatro y cine, por su riqueza de análisis y por la variedad de aristas que presenta y analiza, es un trabajo de investigación de sumo interés para interesados en las problemáticas culturales de la Argentina en la segunda mitad del siglo XX. Es por esto que puede significar una lectura insoslayable para los cientistas sociales enfocados en temáticas como la censura, las prácticas represivas y de vigilancia, las prácticas de lectura y escritura, el análisis y la argumentación discursiva, el accionar de los agentes estatales en la Argentina que va desde el final del primer peronismo al retorno a la democracia en la década de 1980, entre muchas otras temáticas afines que cruzan al presente trabajo.
Bibliografía citada
BETTENDORFF, P. y CHIAVARINO, N. (2021) Discurso y control cultural en Argentina. Literatura, teatro, cine. Buenos Aires: Santiago Arcos editor/Sema.
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