Gafas violetas para mirar la UNGS: Ley Micaela en el ciclo Letra Viva
Instituto del Desarrollo Humano, UNGS
En el marco del ciclo Letra Viva, un espacio que nació ante la necesidad de conversar sobre diversos temas, el 15 de julio del presente año se realizó un conversatorio sobre la aplicación de la Ley Micaela. Este es un ciclo surgido durante el primer año de la pandemia mundial causada por el Covid-19 e impulsado desde el Comité de carrera del Profesorado en Lengua y Literatura de la UNGS por sus directores, Lucía Brandani y Juan Rearte. La propuesta inicial consistió en diálogos interclaustro transmitidos en vivo por el Instagram del Comité: @comitelenguayliteraturaungs.
Para dar inicio a estos espacios, en noviembre de 2020 se conversó sobre “La gramática del habla cotidiana”, a cargo de Florencia Nieto, graduada de la UNGS y Andrea Bohrn, por el claustro docente; luego, la investigadora María Elena Fonsalido y la graduada Estefanía Maggiore conversaron sobre “El soneto en la lengua castellana”; en el anteúltimo ciclo del año, lxs graduadxs Claudia Arias y Joel Cuenca nos trajeron una interesante reflexión sobre “Las representaciones homosexuales en la literatura argentina de los siglos XX y XXI”; el 16 de noviembre cerraron el ciclo 2020, la estudiante Lucía Cisneros y la profesora Lorena Bassa conversando sobre las “Residencia de prácticas del lenguaje en época de pandemia”.
En este 2021, el ciclo extendió sus horizontes en dos sentidos, pasó del Instagram a la plataforma Zoom y estableció el diálogo con invitadxs externxs a la UNGS. La conversación se planificó entre las representantes estudiantiles del Comité de carrera, Carolina Belleggia, Laura Mora y Silvina Pereyra, y dos referentes de la Fundación Micaela “La Negra”, Néstor Yuyo García (padre de Micaela García) y Agustina Díaz (colaboradora de la Fundación).
La Ley nº 27.499, conocida como Ley Micaela, fue promulgada en 2019 y exige a los tres poderes que componen la función pública la capacitación obligatoria en perspectiva de género. El único diputado que votó en contra de su sanción fue el controvertido salteño Alfredo Olmedo. Esta ley lleva el nombre de Micaela García, quien fue secuestrada, violada y asesinada en abril de 2017 por Sebastián Wagner. Al momento del hecho, este gozaba de libertad condicional dispuesta por el juez entrerriano Carlos Rossi. Un día antes del femicidio, la policía de Gualeguay había desestimado una denuncia de abuso contra Wagner. Esta ley nació frente a la necesidad imperante de tener un poder judicial formado en perspectiva de género para que no haya más Wagners sueltos ni tengamos que llorar a más Micaelas.
La presentación del ciclo estuvo a cargo de Juan Rearte, quien agradeció la presencia de la responsable del Programa en Políticas de Género (PPG) de la Universidad, Mariela Bernárdez, por posibilitar la integración de la actividad al programa. Rearte visibilizó el desacople institucional entre la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) y la Ley Micaela, ya que la ESI no es de implementación obligatoria en el ámbito universitario. Esto implica un desafío tanto para el campo de formación docente como para lxs propixs docentes e investigadorxs universitarixs. “El reto es hacernos cargo de esta inadecuación”, afirmó Juan Rearte, algo que queda de manifiesto con la importante presencia de todos los claustros en estas actividades que buscan impulsar la formación con perspectiva de género.
El claustro estudiantil abrió el diálogo con una consulta sobre el control que lleva adelante el Ministerio de las Mujeres, Diversidad y Género, organismo encargado de corroborar la implementación y el cumplimiento de la ley, y también sobre el real interés y modo de aplicación que desarrollan las universidades frente a esta normativa. En respuesta a esto, Agustina Díaz detalló cronológicamente cuáles fueron los pasos para la aprobación de la Ley Micaela y el mecanismo que la Fundación impulsó para que el sistema universitario comenzara una lenta pero necesaria adhesión a la práctica efectiva de la capacitación obligatoria en perspectiva de género. En este sentido, explicó el importante rol que cumplen la RUGE (Red Interuniversitaria por la igualdad de Género y contra las Violencias) y la Red Interuniversitaria de Derechos Humanos para hacer efectiva la práctica de la ley. También señaló que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) adhirió por unanimidad y que la RUGE intenta sistematizar los datos del desarrollo de las políticas de género en las universidades para que el público en general pueda acceder a ellos.
Además, Díaz compartió un fragmento del texto de Jorge Luis Borges, “La intrusa”, en el que se narra un femicidio, lo que permitió la reflexión sobre los modos de abordar diversas representaciones patriarcales en la literatura. La intervención convocó al público presente (muchxs docentes en formación) a tejer narrativas distintas sobre las diversidades, las minorías, la violencia, la discriminación y la construcción de las masculinidades. También, a repensar la transversalización en perspectiva de género en la lengua y la literatura.
El padre de Micaela García, Néstor, señaló con preocupación la disparidad en los cargos jerárquicos en el sistema universitario (la Universidad Tecnológica Nacional tiene el porcentaje más bajo) y la poca participación femenina en las carreras de ciencias aplicadas, ejemplos que invitan a pensar en cómo hay aún instituciones que se consideran espacios de un solo género en particular. En su reflexión, pidió que la ley no se difunda únicamente en relación a lxs actores para lxs que fue pensada, sino que sirva para cambiar los paradigmas en torno a la perspectiva de género de todxs lxs ciudadanxs. Otra cuestión que consideró vertebral es que la normativa sea comunicada de forma simple, desde la experiencia, el diálogo y el debate. Afirmó también que la ley por sí misma no alcanza y, al respecto, mencionó la importancia de la educación popular y la necesidad de contar con más políticas públicas. Aportó ejemplos que revelaron discrepancias entre los propósitos y los hechos que pretenden un cambio paradigmático y concreto en la sociedad. Del mismo modo, describió prácticas que van en contra de la ampliación de derechos, como la solicitud burocrática de distinguir el sexo de modo binario o la discriminación por el uso del lenguaje inclusivo. Yuyo García nos invitó a “ver la realidad con lentes violetas”, ya que estos nos permitirán mirar sin dejar la perspectiva de género de lado.
El cierre de la charla fue un obsequio para todxs. Por un lado, Agustina Díaz leyó un texto que conmemora cada aniversario del nacimiento de Micaela; por el otro, Yuyo García compartió anécdotas y recuerdos sobre los proyectos, deseos, días de militancia y la particular manera de ver la vida de “la Negra”, su hija. En sus voces, sonrisas y miradas emocionadas nos regalaron un poco de ella y de su fuerza, y sellamos con compromiso que “Micaela, es un nombre que se volvió consigna”.
Bibliografía citada
Ley Micaela. Capacitación obligatoria en género para todas las personas que integran los tres poderes del Estado. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Editorial de la Imprenta del Congreso de la Nación, 2021.
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