Carlos Vizzotto
La vigencia de lo clásico: “La noche se está muriendo”
Instituto del Desarrollo Humano, UNGS
Los pasados sábados 20 y 27 de agosto, parte de la comunidad vinculada al Profesorado en Lengua y Literatura de la UNGS (estudiantes, graduades, profesores) tuvimos la oportunidad de asistir a la función La noche se está muriendo en el teatro El Crisol. La obra está protagonizada por Mario Petrosini, en el papel de Federico Garcia Lorca, y Lorena Szekely, como Margarita Xirgu, mientras que la dirección se encuentra a cargo de Martín Ortiz y Jorgelina Herraro Pons
La noche se está muriendo se ambienta en la Buenos de 1945, luego del estreno de La casa de Bernarda Alba en el Teatro Avenida. Margarita Xirgu regresa a su camarín y allí se encuentra con Federico García Lorca. Por lo tanto, asistimos a la invocación de un personaje del más allá —recordemos que Lorca murió por fusilamiento en 1936— y al reencuentro entre dos amigos tras las bambalinas. Esta oportunidad será aprovechada para celebrar la amistad, festejar los hechos de la vida, charlar sobre los que ya no están, reflexionar sobre las obras teatrales, todo esto sin olvidarse del fantasma del fascismo que asolaba España en ese contexto.
Después de la función, los asistentes pudimos participar de un intercambio con el elenco protagónico y los directores, hecho que enriqueció la experiencia, pues, en el diálogo surgieron varios temas interesantes. Ante la pregunta por el origen de la puesta, nos comentaron que la obra es hija de la pandemia. Comenzó a pensarse en el contexto de aislamiento, momento sumamente complicado para la realización de puestas en escena, pero que recién se estrena ahora, como una manera de incentivar el volver a ir al teatro. A su vez, ante la pregunta de por qué tomar como personaje a Lorca hoy en día —y sobre todo, por qué de esta manera tan particular—, los miembros del equipo respondieron que una de sus inquietudes era transmitir a Lorca amenamente, más allá de la solemnidad que a veces impregna los textos clásicos, y particularmente se trabajó con este autor porque aún hoy en día sigue teniendo vigencia e interpela nuestra realidad social.
En un momento de la obra se dice: “el teatro que no recoge el latido social, el drama de sus gentes, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama matar el tiempo”. Consideramos que es una frase que atraviesa toda la propuesta de la obra: es una declaración de intenciones que pone de manifiesto la importancia del fenómeno teatral, en tanto, tiene la capacidad de interpelar al espectador. La posibilidad de participar de esta actividad fue una experiencia muy fructífera para los asistentes, pues es una instancia formativa para futuros profesores de Lengua y Literatura que implica acercarse a eso que tantas veces nos queda de lado en las clases de literatura: todo lo que hace a la puesta en escena de los textos teatrales.
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