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La literatura como práctica imprescindible para sortear la nueva normalidad

Instituto del Desarrollo Humano – UNGS

Resonancia conurbana en el 25 Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura

“Literatura, lectura y bibliotecas en la ‘nueva normalidad’” es el nombre de una de las mesas que formó parte del Foro.

La poeta nicaragüense Gioconda Belli, el escritor español José Ovejero y la escritora argentina Gabriela Cabezón Cámara matizaron el encuentro con sus diferentes reflexiones en torno al tópico propuesto para la ocasión. 

Belli, en sus exposición, hizo un breve recorrido autobiográfico vinculado a su relación con la lectura y la escritura y reflexionó acerca del libro como un soporte de lectura que pareciera haber empezado a formar parte de antigüedades, ya que “el amor por los libros fue sustituido por el amor por las máquinas”. No obstante, Belli dejó en claro su militancia por la lectura, cualquiera sea su modo o forma.

Ovejero leyó tres relatos para luego, en sus palabras, “poner patas arriba la aparente normalidad” y reconstruirla, desmontarla desde lo que él llama la “buena literatura”, es decir, aquella que crea desde el malestar y “muestra la herida e intenta comprender la gravedad”.

Las consideraciones de ambxs escritorxs fueron realmente interesantes y enriquecedoras para pensar las aristas de las normalidades y lo que se pone en juego con las intervenciones literarias.

 La voz de Gabriela Cabezón Cámara fue el clímax que enardeció la noche: se fue alzando en un tono cada vez más alto, decisivo, determinante, severo. Empezó a resonar como un llamado de atención, una convocatoria urgente de acción, de movimiento social y político, un grito de dolor y desesperación ante la “nueva normalidad” que en Argentina se expande en fuego, prolifera en muertes de hermanxs aborígenes y en la destrucción del reino vegetal y animal: niñxs wichis hambrientos, las llamas en Rosario, las deforestaciones en Chaco, el humo en Paraná. La ponencia de Cabezón Cámara es una denuncia que nos interpela a repensarnos, a reconocer la alteridad, empatizar y ser amorosxs con el otrx y, en este sentido, el otrx es árbol, es humanx, es pájaro, es flor, es río. En un momento, Gabriela pregunta retóricamente qué tiene que ver la literatura en el hilo del discurso, a lo que responde:

 En un libro hermoso, La caída del cielo, supe que los yanomamis, un pueblo prehispánico que vive en el Amazonas, al norte de Brasil, y lucha por sobrevivir al extractivismo criminal, tiene un chamán que se llama Davi Kopenawa. A Davi no lo conozco personalmente, pero leí su libro y lo quiero y entonces lo llamo por el nombre. Decidió acceder a hacer el libro porque cree que es hora de que los blancos, los pueblos de la mercancía, como nos llaman ellos, abramos los ojos. En el libro, que hizo hablando con su amigo el antropólogo francés  Bruce Albert, Davi nos abre los ojos, nos muestra otra manera de vivir. No voy a abundar ahora en esa otra forma de vivir, baste con decir que es una forma que entiende que somos cuerpos y que los cuerpos de los seres humanos necesitan de los otros cuerpos: los de los árboles, los de las plantas, los de los ríos, los de los árboles, los de los cerros para poder vivir, porque somos parte de lo mismo y eso de lo que somos parte, es un sistema vivo tan complejo y enredado que ni siquiera la ciencia contemporánea con su tecnología impresionante termina de entenderlo. Pero no iba a contarles eso, iba a contarles otra de las cosas que tienen para decirnos los yanomamis: la selva sostiene el cielo. Si la selva se muere, el cielo se nos va a caer encima. Tan sencilla y claramente dicen lo que nosotros sabemos pero no queremos saber o no terminamos de entender.

Cabezón Cámara cuestiona que la biblioteca esté llena de historias del fin del mundo, con universos distópicos y que, por el contrario, muy pocos relatos escriban mundos mejores. Es en esta línea que reivindica la lectura y la escritura como herramientas imprescindibles para dar batalla a las nuevas normalidades. Como dice ella, es necesario “leer para ser felices y sumergirnos en el mar lleno de voces vivas” que se hace entre todxs.